domingo, 30 de marzo de 2008

Empieza andar disfrútalo recoge, y da lo mejor que encuentres. (Abel Desestress)



Tú eres el camino y la meta, y no hay distancia entre la meta y tú.
Tú eres el buscador y lo buscado; no hay distancia entre el buscador y lo buscado.
Tú eres el devoto y la devoción.
Tú eres el discípulo y el maestro.
Tú eres el medio y el fin.
Este es el Gran Camino.

Cuando no se entiende el significado
profundo de las cosas,
se perturba en vano la paz esencial de la mente.
El Camino es perfecto, como el espacio infinito
donde nada falta y nada sobra.
De hecho, es debido a nuestra elección
de aceptar o rechazar que no vemos
la verdadera naturaleza de las cosas.
No vivas en los enredos de las cosas externas
ni en los sentimientos internos de vacío.
Mantente sereno, sin hacer esfuerzos,
en la unidad de las cosas,
y tales falsos conceptos desaparecerán por sí solos.
Cuando tratas de parar la actividad
para alcanzar la pasividad,
el propio esfuerzo te llena de actividad.
Mientras estés en un extremo o en el otro,
nunca conocerás la Unidad.
Aquellos que no viven en el Camino único
fracasan en ambas: actividad y pasividad,
afirmación y negación.

SI ENTIENDES, habrá paz. Si no entiendes habrá desasosiego, tensión, angustia. El hecho de que alguien esté angustiado muestra que no ha entendido las cosas, el significado profundo de las cosas.
Y vas acusando a otros de que es por ellos que estás angustiado. Aquí nadie está angustiado por nadie. Estás angustiado debido a tu no-entender o a tu mal-entender.

Una vez que comprendes que cambiar el mundo entero no es responsabilidad tuya, lo único que puedes hacer es cambiarte a ti mismo.
Un místico sufí, escribió en su biografía: «Cuando yo era joven pensaba y le decía a Dios: "Dame fuerza para cambiar el mundo entero", y esto era la base de todas mis oraciones. Me parecía que el mundo entero estaba equivocado. Yo era un revolucionario y quería cambiar la faz de la Tierra.
»Cuando me hice un poco más maduro empecé a rezar: "Por lo visto eso es demasiado. Se me está yendo la vida de las manos; ya se me ha ido casi la mitad y no he cambiado ni a una sola persona, qué decir del mundo entero". Así que le dije a Dios: "Con mi familia será suficiente. Déjame cambiar a mi familia".
»Y cuando me hice viejo, me di cuenta de que hasta mi familia era mucho pedir, además ¿quién soy yo para cambiar a nadie? Entonces me di cuenta de que si me pudiera cambiar a mí mismo sería suficiente, más que suficiente. Le recé a Dios: "Ahora he llegado a la verdadera cuestión. Al menos permíteme hacer esto: me gustaría cambiarme a mí mismo".
»Y Dios contestó: "Ahora ya no queda tiempo. Eso lo tenías que haber pedido al principio. Entonces todavía había una posibilidad".
Todo el mundo pide esto al final. El que lo pide al principio, ha entendido la naturaleza de las cosas. Este comprende que aun cambiar uno mismo no es una tarea fácil. Eres todo un mundo dentro de ti; llevas en ti el mundo entero.
Todo lo que existe, existe en tu interior. Eres todo un universo, no una cosa pequeña; si este cambio puede ocurrir lo habrás conseguido.
Osho

sábado, 29 de marzo de 2008

Solo deja que tu conciencia disfrute de la existencia, y la paz se hará en tu mente. (Abel Desestress)


LA LEY DEL EFECTO CONTRARIO
Hace sólo ya, unos años, hubo un hipnotizador francés, Emile Coué, que redescubrió una de las leyes básicas de la mente humana. La llamó «la ley del efecto contrario»; este es uno de los sutras más antiguos del pensamiento taoísta y del zen. Sosan está hablando de esta ley. Intenta comprenderla, y entonces sus palabras te serán fáciles de entender.
Por ejemplo, si no tienes sueño ¿qué harás? Tratarás de dormirte; harás esfuerzos, harás esto y aquello, pero todo lo que hagas tendrá justo el efecto contrario; no traerá lo que necesitas. Ocurrirá justo lo contrario, porque cualquier actividad, cualquier esfuerzo, irá en contra del sueño. Dormir es una relajación. No puedes provocarlo, no puedes hacer nada para que ocurra; no forma en absoluto parte de tu voluntad. Dormir es entrar en el inconsciente y tu voluntad es simplemente un fragmento de la consciencia. Cuando entras en el inconsciente, en lo profundo, dejas en la superficie la parte que es consciente, el fragmento que es la voluntad. No puedes llevar tu superficie a la profundidad, no puedes llevar tu circunferencia al centro.
Por eso cuando haces esfuerzos para dormir, estás haciendo algo autodestructivo. Estás haciendo algo que se convertirá justo en lo opuesto; te despertarás aún más. La única manera de entrar en el sueño es no hacer nada.
Si no viene, no viene. Espera... ¡No hagas nada! De otra forma lo alejarás aún más y crearás una distancia. Simplemente espera, apaga la luz, cierra los ojos, relájate y espera. Cuando llega, llega. No puedes provocarlo con ningún acto de tu voluntad; la voluntad está en contra del inconsciente.
Y esto ocurre con muchas cosas de la vida: que ocurre justo lo contrario. Si quieres estar en silencio, ¿qué harás?; porque el silencio es como el sueño. No puedes forzarlo. Sólo puedes permitir que ocurra, es un dejarse llevar, pero no hay forma de producirlo. ¿Qué harás si quieres estar en silencio? Si haces algo estarás aún menos en silencio.
Si quieres estar tranquilo, ¿qué harás?; porque quietud significa no-hacer. ¡Solamente flotas, solamente te relajas! Y cuando digo que solamente te relajas, quiero decir solamente. No hay que usar ningún método para relajarse, porque cualquier método significaría de nuevo que estás haciendo algo. Hay un libro que se titula ¡Tienes que relajarte! Y el «tienes que» va justamente en contra de la relajación; el «tienes que» no se debería incorporar, si lo haces así te pondrás más tenso.
Esta ley fue descubierta por Emile Coué, quien dijo: «Deja que las cosas ocurran, no las fuerces». Hay cosas que se pueden forzar; todo lo que pertenece a la mente consciente se puede forzar. Pero hay cosas que no: todo lo que pertenece al inconsciente, a tu profundidad, no se puede forzar.
Ocurre muchas veces: intentas recordar un nombre o un rostro y no lo consigues, aunque sientes que lo tienes justo en la punta de la lengua. La sensación es tan intensa que te parece que va a llegar en cualquier momento y tratas de que te venga a la memoria. Y cuanto más lo intentas, menos te viene. Hasta empiezas a sospechar si esta sensación es real. Pero lo sientes; todo tu ser te dice que está ahí, justo en la punta de la lengua. ¿Pero por qué no te viene si está justo ahí? No te saldrá. Hagas lo que hagas, no te saldrá.
Entonces te sientes frustrado, te desesperas y te olvidas del asunto. Sales al jardín y te pones a trabajar en él, o te pones a leer el periódico o enciendes la radio y escuchas música; y de repente te viene a la memoria. ¿Qué ha ocurrido?
Pertenecía al inconsciente, estaba en lo profundo de ti. Y cuanto más lo intentabas, más difícil se hacía; y cuanto más lo intentabas más se perturbaba el inconsciente. Entonces todo se volvió un caos, todo se removió. Estaba ahí, justo en la punta de la lengua, pero al tú estar tan activo intentando recordarlo... estabas usando la voluntad, y la voluntad no puede traer las cosas de tu profundidad. Sólo a través de la rendición puedes hacerlo, sólo cuando te dejas llevar.
Así que cuando te fuiste al jardín, al parque o empezaste a leer el periódico o a cavar un hoyo en el suelo o a escuchar música, te olvidaste completamente del asunto..., y de repente ahí lo tienes. Esta es la ley del efecto contrario.
Recuerda, con el inconsciente la voluntad no sirve para nada; no es que no sirva para nada sino que además resulta peligrosa, perjudicial.
Osho

jueves, 27 de marzo de 2008

Lo viejos seres que conoces son sabios muy jóvenes para ti (Abel Desestress)



Si quieres ver la verdad, no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.
Vive sin opiniones. Vive desnudo, sin ropa alguna, sin opiniones acerca de la verdad, porque la verdad detesta todas las opiniones. ¡Abandona todas tus filosofías, teorías, doctrinas, escrituras! ¡Abandona toda esa basura! Vive en silencio, sin elegir, con los ojos simplemente dispuestos a ver lo que hay, de ninguna manera esperando ver tus deseos realizados. No cargues con deseos. Se dice que el camino del infierno está completamente lleno de deseos, de buena voluntad, de esperanzas, de sueños, de arco iris, de ideales. El camino del cielo está absolutamente vacío.
¡Despréndete de todas las cargas! Cuanto más alto quieras llegar, más ligero tendrás que ir. Si quieres ir a los Himalayas tendrás que dejar toda la carga. Al final, cuando llegues al Gurisankar, al Everest, tendrás que dejarlo todo. Tendrás que ir completamente desnudo, porque cuanto más alto llegues, más ligero necesitarás estar. Y todas las opiniones son cargas. No alas.
Sin opiniones, sin ninguna preferencia...

Si quieres ver la verdad, no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.

Si quieres saber la verdad no seas ni creyente ni ateo. No digas: «Dios existe», ni: «Dios no existe», porque lo que sea que digas se convertirá en un deseo profundo. Y proyectarás todo lo que haya oculto tras el deseo.
Si quieres ver a Dios como un Krishna con una flauta en sus labios, algún día lo verás; no porque Krishna esté ahí, sino tan sólo porque tienes una semilla de deseo que proyectas en la pantalla del mundo.
Si quieres ver a Jesús crucificado, lo verás. Lo que quieras se proyectará, pero es sólo un mundo de sueños; no te estás acercando a la verdad. No plantes ninguna semilla en tu interior: vive sin opinión, sin ningún pensamiento a favor o en contra, sin filosofía. Simplemente ve lo que hay. No lleves contigo ninguna mente. Vive sin mente.

Si quieres ver la verdad, no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.
La lucha entre lo que a uno le gusta y lo que le disgusta es la enfermedad de la mente.

ESTA ES LA ENFERMEDAD DE LA MENTE: Lo que a uno le gusta y lo que le disgusta, a favor y en contra. ¿Por qué está la mente dividida? ¿Por qué no puedes ser uno? Te gustaría, desearías ser uno, pero continúas alimentando las divisiones, las preferencias, el «esto me gusta» y «esto no me gusta».
no tener ninguna preferencia por esta vía o por aquella. Simplemente ir vacío. Simplemente ir sin ninguna opinión. Ve simplemente disponible, receptivo.
Un maestro está para ayudarte a dejar las opiniones, a dejar la mente. Y si el propio maestro se convierte en una elección entonces también se convertirá en una barrera. De nuevo has vuelto a elegir, de nuevo has usado la mente. Y cuanto más usas la mente, más se refuerza, más fuerte se hace. No la uses.
Es difícil, porque dirás: «¿Y qué le ocurrirá a nuestro amor? ¿Qué va a ser de nuestro compromiso? ¿Qué va a ser de nuestras creencias? ¿Qué va a ser de nuestra religión, de nuestra Iglesia, de nuestro templo?». Estas son tus cargas. Libérate de ellas, y deja que ellas se liberen de ti. Te están manteniendo aquí, arraigado, y la verdad quiere liberarte. Liberado llegas, con alas llegas, sin peso llegas.

La lucha entre lo que a uno le gusta y lo que le disgusta es la enfermedad de la mente.

¿Cómo curarse? ¿Hay alguna manera de superar esta enfermedad? No, no hay manera. Uno simplemente tiene que entenderlo. Uno simplemente tiene que mirar el hecho en sí mismo. Uno sólo tiene que cerrar los ojos y mirar en su propia vida; observarla. Y sentirá la verdad. Y cuando sientes la verdad, la enfermedad desaparece. No hay ningún remedio para ella, porque si se te da algún remedio, ese remedio te empezará a gustar. Entonces olvidarás la enfermedad pero empezará a gustarte el remedio, y el mismo remedio se convertirá en la enfermedad.
Y nadie más que tú lo ha creado; es la enfermedad de tu mente: preferir, elegir.
No decidas. Acepta la vida en su totalidad. Tienes que ver la totalidad: la vida y la muerte juntas, el amor y el odio juntos, la felicidad y la desgracia juntas, la agonía y el éxtasis juntos. Si los ves juntos, entonces ¿qué quedará para elegir? Si ves que son uno, entonces ¿por dónde va a entrar la elección? Si ves que la agonía no es otra cosa que éxtasis, y el éxtasis agonía; si puedes ver que la felicidad no es otra cosa que infelicidad; que el amor no es otra cosa que odio y el odio, amor; entonces ¿dónde elegir? ¿cómo elegir? Entonces la elección desaparece.
No es que tú la dejes. Si eres tú el que la dejas, se convertirá en una elección; esta es la paradoja. No supongas que tienes que dejarla, porque si la dejas, eso ya quiere decir que has elegido a favor y en contra. Ahora tu elección es la totalidad. Estás a favor de la totalidad y en contra de la división, pero la enfermedad ha entrado. Es algo muy sutil.
Simplemente entiende, pues la propia comprensión hace que la elección desaparezca. Nunca la abandonas. Simplemente te ríes...
Osho
La verdad, no está en manos de Sacerdotes, Pastores o Maestros. Solo yace dentro de ti. Esperando que la despiertes y goces de su totalidad. (Abel Desestress

martes, 25 de marzo de 2008

Si crees en ti, Dios también, si te amas, Dios también. (Abel Desestress)



Jesús no hace distinciones, pero el cristianismo sí, porque una religión tiene que hacerlas; una religión tiene que convertirse en algo moral. Y una vez que una religión se ha vuelto moral ya no es una religión.
La religión es la cosa más osada que existe. Se necesita un gran valor para vivir sin elegir, porque la mente dice: «¡Elige!». La mente dice: «¡Di algo!» Esto está mal, esto está bien. Esto es bonito, esto es feo. Amo esto, odio aquello». La mente dice: «¡Decídete!».
La mente tiene la tentación de dividir. Una vez que divides, la mente se encuentra a sus anchas. Si no divides, si dices: «No voy a decir nada. No voy a juzgar», la mente se siente como en su lecho de muerte. Aristóteles dice que A es A y nunca puede ser no-A; los opuestos no se pueden encontrar. Buda dice que no hay opuestos; que ya se han encontrado, que siempre han estado encontrándose.
Esta es una de las verdades más fundamentales de las que uno tiene que darse cuenta: que los opuestos no son opuestos. Tú eres el que dice que lo son, pero no lo son. Míralo existencialmente y sentirás que son la misma energía.
Tú amas a una persona...
«He estado casada durante diez años y mi marido y yo jamás hemos discutido por nada. Y ahora de repente, ¿qué es lo que ha pasado? Él me ha abandonado».
Ella pensaba que el hecho de que nunca se hubieran peleado, demostraba que estaban muy enamorados. Eso es absurdo; pero es aristotélico; la mujer es absolutamente lógica.
Ella me dijo: «Hemos estado casados durante diez años. Nunca hemos discutido ni nos hemos enfadado el uno con el otro. Estábamos tan enamorados que nunca nos peleábamos por ninguna razón. No tuvimos ni un sólo momento de disputa. Y en cambio ahora, ¿qué ha ocurrido? ¡De repente me ha dejado! ¿Se ha vuelto loco o qué? Nos adorábamos». Ella se equivoca.
Si el amor es tan grande tiene que haber alguna disputa. Algunas veces os peleareis. Y la lucha no destruirá el amor, sino que lo enriquecerá. Si hay amor, se enriquecerá al pelear; si no hay amor, entonces os alejareis, os separareis. Diez años es mucho tiempo; hasta veinticuatro horas es mucho tiempo para estar constantemente en un estado mental, porque la mente se mueve hacia lo opuesto. Amas a una persona pero a veces te enfadas. En realidad, sólo porque amas te puedes enfadar. ¡A veces odias! Algunas veces te sacrificarías por tu amante, y otras quisieras matarle. Y tú eres ambas cosas.
Que nunca os peleaseis durante esos diez años, sólo significa que no había ningún amor. Significa que no era una relación. Y que teníais mucho miedo a que cualquier enfado, cualquier conflicto, cualquier cosa sin importancia pudiera romperlo todo. Teníais tanto miedo, que nunca discutisteis. Nunca creísteis que el amor pudiera ser más profundo que la disputa, que la pelea pudiera ser momentánea y que después de ella cayerais uno en brazos del otro aún más profundamente. No, nunca confiasteis en eso. Por eso es que os las apañabais para no pelear. Y entonces no hay por qué sorprenderse de que el hombre se haya ido:
Lo que a mí me sorprende es que haya sido capaz de estar contigo durante todos esos años. ¿Por qué razón?».
Una vez vino un hombre y me dijo: «Algo le pasa a mi hijo. Le conozco muy bien; y siempre ha sido obediente. No se puede encontrar un muchacho mejor que él. Jamás me ha desobedecido, nunca me ha contestado. Y ahora de repente se ha vuelto hippie. Ya no me escucha. Me mira como si ya no fuera su padre. Me mira como a un extraño. Siempre me había obedecido en todo. ¿Qué es lo que le ha ocurrido a mi hijo?».
No le ha ocurrido nada. Esto es lo que se debe esperar, porque si un hijo realmente ama a su padre también le desobedece. ¿A quién si no va a desobedecer? Si un hijo realmente ama a su padre y confía en él, también a veces le tiene que desobedecer; porque sabe que la relación es tan profunda que no se romperá por desobedecer. Por el contrario, se enriquecerá. Los opuestos se enriquecen.
En verdad, lo opuesto no es lo contrario. Es sólo un ritmo, el ritmo de lo mismo; obedeces y luego desobedeces; es sólo un ritmo. Porque si no, estar siempre solamente obedeciendo y obedeciendo hace que todo se vuelva monótono y sin vida. La monotonía es la naturaleza de la muerte, porque lo opuesto no está ahí.
La vida está viva. Lo opuesto está ahí, hay un ritmo. Te vas, vuelves; te despides, llegas; desobedeces, y luego también obedeces; amas y odias. Así es la vida, pero no la lógica. La lógica dice que si amas no puedes odiar. Que si amas, ¿cómo vas a enfadarte? Si amas de esa forma amas de una forma monótona, siempre lo mismo. Pero entonces te pondrás tenso, te será imposible relajarte. La lógica cree en un fenómeno lineal: se mueve en una línea. La vida cree en círculos: la misma línea sube, baja y se convierte en un círculo.
Seguramente habrás visto el símbolo chino del yin y el yang. La vida es así: el encuentro de los opuestos. Este círculo del yin y el yang es mitad blanco y mitad negro. En la parte blanca hay un punto negro, y en la parte negra hay un punto blanco. El blanco se mueve hacia el negro, y el negro se mueve hacia el blanco; es un círculo. La mujer moviéndose hacia el hombre, el hombre moviéndose hacia la mujer...: así es la vida. Y si lo observas minuciosamente, lo verás dentro de ti.
Osho
“Lo que no se construye con esfuerzo, la suerte jamás lo traerá” (Abel Desestress)

lunes, 24 de marzo de 2008

Generalmente hay mas llanto que risa en la vida (Abel Desestress)


LA MENTE ES UNA ENFERMEDAD.
Esta es una verdad básica que Oriente ha descubierto. Occidente dice que la mente puede enfermarse, o puede sanarse. La psicología occidental depende de esto: que la mente puede estar sana o enferma. Pero Oriente dice que la mente como tal es la enfermedad, que no puede estar sana. Ninguna terapia psiquiátrica puede servir de ayuda; como mucho puede hacer que esté normalmente enferma.
La mente no puede estar sana porque nunca puede estar entera. La mente siempre está dividida; la división es su base. Si no puede estar íntegra ¿Cómo va a poder estar sana?, y si no puede estar sana ¿Cómo va ser sagrada? Todas las mentes son profanas. No existe cosa tal como una mente santa. Un hombre santo vive sin mente porque vive sin división.

La mente es la enfermedad. ¿Cómo se llama esta enfermedad? Su nombre es Aristóteles, o si prefieres que que realmente parezca una enfermedad puedes llamarla «aristotelitis». Así suena totalmente como una enfermedad. ¿Por qué es Aristóteles la enfermedad? Porque dice: «O esto o lo otro. ¡Elige!». Y elegir es la función de la mente; la mente no puede existir sin elegir.
Al elegir caes en la trampa, porque siempre que eliges lo haces en contra de algo. Si estás a favor de algo, tienes que estar en contra de algo; no puedes estar solamente a favor ni puedes estar totalmente en contra. Cuando el «a favor» entra, el «en contra» le sigue como una sombra. Cuando aparece el «en contra», el «a favor» aparece también; oculta o abiertamente.
Cuando eliges, divides. Entonces dices: «Esto está bien, esto está mal». Y la vida es una unidad. La existencia no puede dividirse, la existencia es un profundo «unísono». Es unidad. Si dices: «esto es bonito y esto es feo», la mente ha entrado en escena, porque la vida es las dos cosas juntas. Lo bonito se vuelve feo, y lo feo se va haciendo bonito. No hay una línea divisoria; no se les puede poner en compartimentos separados. La vida va fluyendo de esto a aquello.
El hombre tiene compartimentos fijos. La naturaleza de la mente es la fijación, y la fluidez es la naturaleza de la vida. Es por eso que la mente es obsesión; está siempre fija, es sólida. Y la vida no es tan sólida; es fluida, flexible, se mueve hacia lo opuesto. Algo está vivo en este momento y al siguiente está muerto.
. Aristóteles hizo de ella la base de su lógica y de su filosofía. No puedes encontrar un hombre más distante de Socrates o de Jesus, que Aristóteles, porque Socrates dice: «Ni esto ni aquello, no elijas». «Vive sin elegir». «¡No hagas distinciones!». Desde el momento en que haces una sola distinción, desde el momento en que la elección aparece, ya estás dividido, fragmentado; has enfermado, no estás entero.
Recuerda, si le preguntas a un cristiano... Este realmente no sigue a Jesús, sino que básicamente sigue a Aristóteles. El cristianismo está basado más en Aristóteles que en Cristo. Jesús se parecía más a Socrates, pues dice: «¡No juzgues y no serás juzgado!»; dice: «No elijáis. No digáis: ¡Esto es bueno y esto es malo! Eso no os concierne. Dejad que la totalidad decida. No os convirtáis en jueces». Pero el cristianismo no está orientado hacia Jesús. Los fundadores del cristianismo fueron más aristotélicos que cristianos.
No se puede construir una Iglesia basándose en Socrates o en Jesús. ¿Cómo vas a poder levantar una Iglesia sin elegir? Una Iglesia tiene que estar a favor o en contra de algo; tiene que estar a favor de Dios y en contra del diablo. Y en la vida Dios y el diablo no son dos, son uno. El diablo es una cara y Dios es la otra cara de la misma energía; no son dos.
Unas veces se presenta como diablo y otras como Dios. Y si te fijas atentamente, descubrirás que son lo mismo. Unas veces se presenta en forma de ladrón y otras en forma de hombre ejemplar. Unas veces le encontrarás en lugares respetables y otras en lugares de perdición. Se mueve, él es un movimiento. Y para él ninguna costa está demasiado lejos, nadie está fuera de su alcance; se mueve entre todo el mundo.
Jesús no hace distinciones, pero el cristianismo sí, porque una religión tiene que hacerlas; una religión tiene que convertirse en algo moral. Y una vez que una religión se ha vuelto moral ya no es una religión. La religión es la cosa más osada que existe. Se necesita un gran valor para vivir sin elegir, porque la mente dice: «¡Elige!». La mente dice: «¡Di algo!» Esto está mal, esto está bien. Esto es bonito, esto es feo. Amo esto, odio aquello». La mente dice: «¡Decídete!».
La mente tiene la tentación de dividir. Una vez que divides, la mente se encuentra a sus anchas. Si no divides, si dices: «No voy a decir nada. No voy a juzgar», la mente se siente como en su lecho de muerte. Aristóteles dice que A es A y nunca puede ser no-A; los opuestos no se pueden encontrar. Jesus dice que no hay opuestos; que ya se han encontrado, que siempre han estado encontrándose.
Esta es una de las verdades más fundamentales de las que uno tiene que darse cuenta: que los opuestos no son opuestos. Tú eres el que dice que lo son, pero no lo son. Míralo existencialmente y sentirás que son la misma energía. Osho
“El camino es muy liso, claro y plano. Los hombres complican su andar”. (Abel Desestress)

domingo, 23 de marzo de 2008

Las actitudes de vida solo son estorbo para su deleite (Abel Desestress)


“Entender la existencia es comprender, que la mente no es el camino, para disfrutarla“. (Abel Desestress)

El Gran Camino no es difícil
para aquellos que no tienen preferencias.
Cuando ambos, amor y odio, están ausentes
todo se vuelve claro y diáfano.
Sin embargo, haz la más mínima distinción,
y el cielo y la tierra se distancian infinitamente.
Si quieres ver la verdad,
no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.
La lucha entre lo que a uno le gusta
y lo que le disgusta
es la enfermedad de la mente.
(Osho)

¿Qué haces cuando estás cerca de una cascada? La escuchas, te quedas quieto y en silencio, absorbes. Permites que la cascada vaya entrando cada vez más profundamente dentro de ti. Entonces todo se calma y se queda en silencio en tu interior. Te conviertes en un templo; lo desconocido entra a través de la cascada. ¿Qué haces cuando escuchas los cantos de los pájaros, o el viento pasando a través de los árboles, o las hojas secas cuando el viento se las lleva? ¿Qué haces? Simplemente escuchas.
No quiero venderte ninguna idea, las ideas no interesan. No estás aqui para convencerte.
Simplemente florece. Es una cascada, una catarata, un viento soplando a través de los árboles, o tan sólo el canto de los pájaros; sin significado, pero con mucho sentido. Tienes que absorber este sentido, sólo entonces serás capaz de entender. Así que escucha pero no pienses. Entonces es posible que ocurran muchas cosas dentro de ti. No empieces a pensar.
Una hermosa roca; ¿qué hacer con ella? Te deleitas en ella. La tocas, la recorres, sientes su musgo. ¿Qué haces con las nubes que se mueven en el cielo? Danzas sobre la tierra, las miras, o simplemente te tumbas y te quedas quieto; las miras y las dejas flotar. Te llenan. No solamente el cielo exterior; poco a poco, cuanto más en silencio te quedas, van llenando también tu cielo interior. De repente ya no estás ahí, sólo hay nubes moviéndose, adentro y afuera. La división desaparece, ya no hay ninguna delimitación. Te has convertido en cielo y el cielo se ha convertido en ti.
Osho

sábado, 22 de marzo de 2008

La voz del hombre se escucha por educación, y se aprecia por amor. (Abel Desestress)



Me gustaría que aprendieras de todas las fuentes,
que disfrutaras de cada ser único con el que te
encuentres. Pero nunca sigas a nadie ni intentes
ser exactamente como otra persona;
la Existencia no lo permite. Sólo puedes ser tú mismo.
OSHO

La Verdad es la Mayor Ofensa

No eres tú el que te has alejado demasiado, son ellos los que han ido demasiado lejos, y han estado alejándose durante millones de años. La distancia entre el hombre real y hombre tal como existe en el mundo, se ha hecho casi insalvable. Están tan alejados de su propia realidad que han olvidado el camino de vuelta.
Han olvidado cuál era su propósito al venir aquí.
Hay una antigua parábola... Un rey muy sabio quería que su hijo su único hijo y sucesor fuera también muy sabio antes de sucederle y convertirse en rey de su vasto reino. El anciano eligió un camino muy extraño: Envió a su hijo lejos del reino, le dijo que le abandonaba, que debía olvidar completamente que era un príncipe. «Ya no es un príncipe y no voy a hacerle mi sucesor.»
Le fue arrebatado todo, sus hermosos ropajes, sus ornamentos...; le dieron las ropas de un mendigo y de noche le metieron en un carruaje para expulsarle del reino. Había órdenes estrictas de no permitir su regreso al reino bajo ningún concepto.
Pasaron los años; el príncipe se convirtió en un verdadero mendigo y olvidó que había sido príncipe. De hecho no tuvo que hacer esfuerzos para olvidar, porque era un mendigo. Pedía ropa, alimento, abrigo y había ido aceptando lentamente la condición en la que se encontraba.
Después de muchos años, un día estaba sentado a la puerta de un hotel, pidiendo. Era pleno verano y quería conseguir suficiente dinero para comprarse un par de zapatos de segunda mano, por supuesto ¬porque la tierra le quemaba como el fuego y caminar sin zapatos era imposible. Tenía heridas en los pies y tan sólo pedía que le dieran unas cuantas monedas. En aquel mismo momento un gran carro dorado se detuvo delante del hotel y descendió de él un hombre que le dijo: «Tu padre te llama para que regreses. Es muy anciano, casi está muriendo y desea que seas su sucesor.»
En un segundo el mendigo desapareció. Aquel hombre cambió completamente; se podía ver en su cara, en sus ojos... las ropas seguían siendo las de un mendigo, pero el hombre era totalmente distinto. Se reunió a su alrededor una gran multitud -la misma multitud ante la que había estado poniendo la mano para recibir unas monedas- y todos comenzaron a mostrarle su gran amistad. Pero él ni siquiera les presta¬ba atención. Subió al carro, se sentó en él y dijo al hombre que había venido a buscarle: «En primer lugar llévame a un lugar hermoso donde pueda darme un buen baño, encontrar ropa adecuada a mi condición, zapatos y ornamentos, porque sólo como príncipe puedo presentarme ante el rey.»
Volvió a casa y lo hizo como príncipe. Dijo a su padre: «Sólo quiero preguntarte una cosa: ¿Por qué he tenido que mendigar durante tantos años? Realmente me había olvidado... Si no me hubieras pedido que re¬gresara, habría muerto como un mendigo, sin recordar jamás que había sido un príncipe.»
El padre dijo: «Es lo que mi padre hizo conmigo. No lo hice para hacerte daño, sino para que pudieras experimentar los extremos de la vida: el mendigo y el rey. Y todo el mundo existe entre estos extremos.
Aquel día te dije que olvidaras que eras un príncipe; ahora quiero decirte que ser príncipe o mendigo son sólo identidades que nos dan los demás. No es tu realidad, no eres tú: no eres el príncipe ni el mendigo. En el momento que te das cuenta de que no eres lo que el mundo pien¬sa de ti, no eres lo que pareces ser sino algo tan profundamente escon¬dido dentro de ti que nadie excepto tú puede verlo, entonces es cuando un hombre se hace sabio. De este conocimiento procede la sabiduría.
Yo me sentí enfadado con mi padre y sé que tú debes sentirte enfa¬dado conmigo. Pero perdóname porque tenía que dejarte una cosa clara: no te identifiques con ser rey, no te identifiques con ser mendigo, porque estas identidades pueden cambiar en un momento. Y aquello que puede cambiarse no eres tú. Tú eres algo eterno, inmutable.

La gente se ha alejado mucho de su realidad y el hecho de recordársela les hace sufrir. No quieren ver sus heridas; no quieren que se les recuerde lo que han tratado de olvidar y perdonar con tanto esfuerzo.
De alguna forma se las han arreglado para crearse una identidad en el mundo...,

No debes tener en cuenta su comportamiento en absoluto. Están completamente dormidos. Estamos intentando hacer algo que no les deja dormir, y naturalmente se sienten alterados y reaccionan. Esto es totalmente aceptable. ¿Pero durante cuánto tiempo van a reaccionar? Esta cuestión plantea un gran desafío.
Si pierdes la esperanza has perdido el juego.
Die OSHO:
Yo no voy a perder el juego.
Yo seguiré haciendo lo mismo hasta mi último aliento, sea cual sea su reacción. Sólo trayendo su reacción a la superficie existe una posibilidad de cambio. Pero es algo que tomará tiempo porque durante miles de años han estado alejados de sí mismos. Debes tener paciencia con ellos porque ellos necesitan tu compasión, necesitan tu paciencia.
Vendrán a casa; quieren venir a casa, pero admitir que aún no están en casa contraría su ego. De a misma forma que va contra su ego reconocer que son falsos, que son farsantes.
Pero su misma reacción: tirarme piedras, cuchillos, encarcelarme o crucificarme, les va a hacer cambiar. Ésa es la única manera que tienen de empezar a pensar en lo que están haciendo y en porqué se sienten ofendidos.
Sólo te sientes ofendido cuando se dice una verdad, algo que has
estado ocultando. Nunca te ofenden las mentiras.
La verdad es la mayor ofensa.
OSHO

miércoles, 19 de marzo de 2008

La Muerte. Nadie sabe como es, pero todos tienen una opinión muy segura de ella (Abel Desestress)


Solo cuando entiendes, que nada debes temer, empiezas a disfrutar tu existencia. (Abel Desestress)
No hay mayor mentira que la muerte
Cuando el hombre ha conocido algo, se libera de ello. Y cuando el hombre ha llegado a conocer algo, es capaz de triunfar sobre ello. Nuestro fracaso y nuestra derrota sólo se deben a nuestra ignorancia. La derrota se debe a la oscuridad: cuando hay luz, la derrota es imposible: la luz se convierte en victoria.
Lo primero que quisiera deciros de la muerte es que; No hay mayor mentira que la muerte.
Pero, con todo, la muerte parece verdadera. No sólo parece verdadera, sino que parece, incluso, que es la verdad cardinal de la vida: parece que toda la vida está ordenada por la muerte. Aunque la olvidemos, o aunque no la tengamos en cuenta, la muerte sigue estando cerca de nosotros por todas partes. La muerte está aun más cerca de nosotros que nuestra sombra.
Hemos estructurado nuestras mismas vidas a partir de nuestro miedo a la muerte. El miedo a la muerte ha creado la sociedad, la nación, la familia y los amigos. El miedo a la muerte nos ha hecho perseguir el dinero y nos ha hecho ambicionar posiciones sociales más elevadas. Y lo más sorprendente es que nuestros dioses y nuestros templos también han surgido del miedo a la muerte. Por miedo a la muerte, hay personas que rezan de rodillas. Por miedo a la muerte, hay personas que rezan a Dios con las manos unidas y elevadas hacia el cielo. Y nada más falso que la muerte. Por eso, cualquier sistema de vida que hayamos creado creyendo que la muerte es verdadera se ha convertido en falso.
¿Cómo conocemos la falsedad de la muerte? ¿Cómo podemos saber que no hay muerte? Mientras no lo sepamos, no perderemos el miedo a la muerte, nuestras vidas seguirán siendo falsas. Mientras exista el miedo a la muerte, no podrá haber vida auténtica. Mientras temblemos de miedo hacia la muerte, no podremos acopiar la capacidad de vivir nuestras vidas. Sólo pueden vivir aquellos para los que la sombra de la muerte ha desaparecido para siempre. ¿Cómo podrá vivir una mente asustada y temblorosa? Y ¿Cómo es posible vivir cuando parece que la muerte se acerca a cada instante? ¿Cómo podemos vivir?
Por mucho que dejemos de tener en cuenta la muerte, nunca la olvidamos del todo. No importa que llevemos el cementerio a las afueras de la ciudad: la muerte sigue mostrándonos su rostro. Todos los días muere alguien; todos los días se presenta en alguna parte la muerte y hace temblar los cimientos mismos de nuestras vidas.
Cuando vemos que se produce la muerte, somos conscientes de nuestra propia muerte. Cuando lloramos la muerte de alguien, no sólo nos hace llorar la muerte de esa persona, sino también el recuerdo renovado de la nuestra propia. No sólo sentimos dolor y pena por la muerte de otra persona, sino por la posibilidad aparente de la nuestra propia.
Los templos que se han creado por miedo a la muerte no son los templos de Dios. Las oraciones que se han compuesto por miedo a la muerte tampoco son oraciones dirigidas a Dios. Sólo el que está lleno de la alegría de la vida alcanza el templo de Dios. El reino de Dios está lleno de alegría y de belleza, y las campanas del templo de Dios sólo repican para los que están liberados de los temores de todo tipo, para los que se han quitado de encima todos los miedos.
Esto hace parecer difícil, dado que nos gusta vivir con miedo. Pero esto no es posible: sólo puede ser verdadera una de las dos cosas. Recordadlo: si la vida es verdadera, entonces la muerte no puede ser verdadera; y si la muerte es verdadera, entonces la vida no será más que un sueño, una mentira: entonces la vida no puede ser verdadera. Las dos cosas no pueden existir simultáneamente. Pero nosotros nos aferramos a las dos cosas a la vez. Tenemos la sensación de que estamos vivos y tenemos además la sensación de que estamos muertos.
He oído hablar de un anciano que vivía en un valle lejano. Mucha gente iba a visitarlo para hacerle preguntas. Una vez, un hombre llegó ante él y le pidió que le explicara algo acerca de la vida y de la muerte. El faquir dijo:
-Te invito a aprender sobre la vida: mi puerta está abierta. Pero si quieres aprender sobre la muerte debes ir a otra parte, porque yo no he muerto ni moriré nunca. No tengo experiencia con la muerte. Si quieres aprender sobre la muerte, pregunta a los que han muerto, pregunta a los que ya están muertos.

Y nosotros somos el pueblo que cree en la inmortalidad del alma! En realidad, nos da tanto miedo la muerte que, por miedo a ella, no dejamos de repetir: “El alma es inmortal”. Y nos hacemos la ilusión de que, a fuerza de repetirlo, quizá se haga realidad. Nada se hace realidad a fuerza de repetirlo.
No es posible negar la muerte a base de repetir que la muerte no existe. Tendremos que conocer la muerte, tendremos que encontrarnos con ella, tendremos que vivirla. Tendréis que familiarizaros con ella. Pero, en vez de ello, no dejamos de huir de la muerte. ¿Cómo podemos verla? Cuando vemos la muerte, cerramos los ojos.
La muerte es nuestra propia sombra. Si huimos de ella, no seremos capaces de plantarnos ante ella y de reconocer lo que es. Nadie puede escaparse de una sombra; nadie puede, siquiera, luchar con una sombra y vencerla. Pero esto no quiere decir que la sombra sea más fuerte que nosotros, ni que no podamos vencer nunca; lo único que quiere decir es que no hay sombra, que no es una cuestión de vencer. No podemos triunfar sobre lo que no existe. Por eso se sigue dejando derrotar la gente por la muerte: porque la muerte no es más que una sombra de la muerte.
Entonces, ¿qué haremos ahora? Y si sólo vemos la muerte cuando estamos muriendo, entonces no tenemos manera de comprenderla, pues en el momento de la muerte estaremos inconscientes.
Sí: podemos hacer algo ahora. Podemos realizar el experimento de entrar en la muerte por voluntad propia. Y puedo decir que la meditación o samadhi no es nada más que eso. La experiencia de entrar voluntariamente en la muerte es la meditación. el samadhi. El fenómeno que se producirá automáticamente un día al dejar el cuerpo podemos producirlo voluntariamente creando un distanciamiento, dentro de nosotros, entre el yo y el cuerpo. Así, dejando el cuerpo desde dentro, podemos conocer el suceso de la muerte, podemos conocer el acontecimiento de la muerte. Podemos conocer la muerte hoy, esta tarde, porque el acontecimiento de la muerte significa simplemente que nuestra alma y nuestro cuerpo conocerán, en ese viaje, la misma distinción entre ambos que se producen cuando el viajero deja atrás su vehículo y prosigue su viaje.
OSHO
“Deja en tu mente la muerte en paz, y renacerás en vida” (Abel Desestress)

martes, 18 de marzo de 2008

El camino es muy liso, claro y plano. Los hombres complican su andar. (Abel Desestress)



No estoy aquí para convencerte de nada. No estoy aquí para darte dogma alguno, ni un credo con el que vivir. Estoy aquí para arrebatarte todos los credos porque solamente entonces podrá la vida suceder en ti. No te voy a dar nada sobre lo que puedas vivir. Simplemente te estoy quitando todos los apoyos, todas las muletas.
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Todo mi esfuerzo se centra en empujarte hacia la muerte, en empujarte hacia el abismo de los desconocido, a empujarte hacia la experiencia cero. En la India lo llamamos Samadhi.

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No estoy aquí para interpretar el rol del sacerdote; no estoy aquí para interpretar el rol del profeta. De hecho el profeta no es más que el político disfrazado.

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A mi gente le digo: primero sé egoísta, completamente egoísta: florece. Logra el florecimiento y la fragancia y luego espárcelos. Entonces compártelos con esa gente desafortunada, que tiene el mismo potencial que tú, pero a quienes la vida no ha dado la oportunidad de ir hacia dentro, para saborear su propia divinidad

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Te enseño a ser natural. Y te enseño a aceptar tu naturalidad. Hay algo que sé con seguridad : cuando hayas florecido, compartirás. No hay forma de evitarlo. Cuando la flor se abre no hay modo para ella de retener su fragancia y mantenerla aprisionada. La fragancia escapa. Se extiende en todas las direcciones.

Así que, primero tienes que estar satisfecho, contento. Primero, sé. Después, desde tu ser surgirá una fragancia que se extenderá a muchos. Y no será un servicio, será pura alegría de compartir. Y no hay mayor felicidad que la de compartir tu felicidad.
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El hombre madura en el momento en que empieza a amar en vez de necesitar, en que empieza a desbordarse, a compartir, en que empieza a dar. El énfasis es totalmente diferente. Con el amor, el énfasis está en cómo dar, cómo dar más y cómo dar incondicionalmente. Esto es crecimiento, la madurez llegando a ti.

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Yo soy, yo soy. Haya discípulos o no, eso carece de importancia. No dependo de ti. Y todo mi esfuerzo aquí es conseguir que también tú no seas dependiente de mí. Estoy aquí para darte libertad. No quiero, de ninguna forma, anularte. Sólo quiero que seas tú mismo. Y el día en que esto suceda, cuando seas independiente de mí, serás capaz de amarme realmente. No antes.

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Yo te puedo enseñar meditación y desde ella surgirá una cualidad diferente de amor . Entonces no será tontear. Entonces será sabiduría, no tontería. Entonces no "caes enamorado" (*); te elevas en el amor. Entonces el amor es una cualidad tuya.

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Tengo que contar chistes porque estoy asustado; todos sois personas religiosas. Tenéis tendencia a ser serios. Tengo que haceros cosquillas para que algunas veces olvidéis vuestra "religiosidad", olvidéis todas vuestras filosofías, vuestras teorías y sistemas y pongáis los pies en la tierra. Tengo que devolveros a la tierra una y otra vez; de otro modo tenderéis a ser serios, más y más serios. Y la seriedad es un tumor canceroso.

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No es por casualidad que los sacerdotes estén contra mí, que los políticos estén contra mí, que todo lo establecido esté en mi contra. No es por casualidad. Puedo entender su lógica. Estoy tratando de deshacer lo que ellos han ello. Estoy saboteando todo el modelo de esta sociedad de esclavos.
OSHO

domingo, 16 de marzo de 2008

Si tienes un dios, no hagas ofrendas. Entrega tu mente, es tu única posesión, para ofrendar. (Abel Desestress)


¿Qué puedo ofrecer a Dios?
¿Qué es lo que el hombre puede ofrecer? ¿Cuál puede ser su ofrenda? Podemos ofrecer sólo lo que nos pertenece. Lo que no nos pertenece no podemos ofrecerlo, y el hombre siempre ha ofrecido aquello que no le pertenece. El hombre ha sacrificado aquello que no es suyo.

La religión se convierte en un ritual si ofreces algo que no es tuyo. La religión se convierte en una experiencia auténtica si ofreces algo que verdaderamente te pertenece. Los rituales son en realidad métodos para escapar de la auténtica religiosidad. Puede que encuentres sustitutos, pero no estás engañando a nadie más que a ti mismo, porque ¿cómo vas a ofrecer algo que no es tuyo? Puedes sacrificar un caballo, puedes sacrificar una vaca, puedes ofrecer tierras, pero nada de ello te pertenece. Así que, realmente, esto es robar en nombre de la religión. ¿Cómo vas a ofrecer a lo Divino algo que no es tuyo?

Por eso lo primero es averiguar qué es lo que es tuyo, qué es lo que te pertenece. ¿Hay algo que te pertenezca? ¿Eres tú el amo de algo de forma que puedas decir, «Esto pertenece al hombre y yo se lo ofrezco a lo Divino»? Esta es una de la preguntas más difíciles: «¿Qué es lo que le pertenece al hombre?» Nada parece pertenecerle. Y cuando nada parece pertenecerte, únicamente puedes decir, «Puedo ofrecerme a mí mismo». Pero incluso esto es incorrecto porque, ¿te perteneces tú a ti mismo? ¿Es tuyo tu ser? ¿Eres responsable de tu ser? ¿Eres responsable de tu existencia?

El hombre proviene de alguna parte, de algún origen desconocido. No es responsable de que esté aquí. Kierkegaard ha dicho, «Cuando miro al hombre, siento que ha sido arrojado aquí». No es ni siquiera responsable de su propio ser; el ser está arraigado en lo Divino. Considéralo así: ¿Puede un árbol decir, «Me ofrezco a mí mismo a la tierra»? ¿Qué significado tiene? Carece de sentido porque el árbol está enraizado en la tierra, el árbol es sólo una parte de la tierra. El árbol es sólo tierra y nada más, de modo que cómo va a decir, «Me ofrezco a mí mismo a la tierra»? No tiene sentido. El árbol es una parte. No es distinto, por lo tanto el ofrecimiento no es posible. Así que, primero, sólo puedes ofrecer aquello que te pertenece. Segundo, sólo puedes ofrecer si hay una cierta distancia, una cierta separación.

El árbol no puede ofrecerse a sí mismo porque no es diferente de la tierra en sí. O considéralo así: un río no puede decir, «Me ofrezco a mí mismo al mar». El río no se basa en el mar. Es algo aparte. Pero aún así no puede decir, «Me ofrezco al mar». ¿Por qué? No puede decirlo porque no es una elección del propio río. El río ha de fluir hacia el mar. No hay posibilidad de elección. El río es impotente. Aunque el río deseara elegir no ofrecerse, no podría escoger, pues el ofrecimiento es inevitable. Cuando el ofrecimiento es inevitable, no tiene sentido.

Sólo puedes ofrecer algo cuando tienes la posibilidad de hacer otra cosa. Si tienes la posibilidad de no ofrecer, sólo entonces te vuelves capacitado para ofrecer. Entonces ésta es tu elección.
Un hombre no es responsable de su propio ser: tiene que regresar inevitablemente como un río precipitándose en el mar. Así qué, ¿dónde está la elección? ¿Cómo vas a ofrecer? Tu muerte será una disolución tanto si quieres como si no. ¿Quién eres? ¿En dónde estás y dónde es que el ofrecimiento se hace posible?

"La mente constantemente apuntando hacia Eso, es la ofrenda".



No puedes ofrecerte a ti mismo, pero puedes ofrecer tu mente. Esto te pertenece y ésta es tu elección. Si no la ofreces, lo Divino no puede forzarla para que se ofrezca. No eres impotente. No es como un río precipitándose al mar. La mente tiene una elección. Puedes seguir negando lo Divino y lo Divino no puede obligarte. Tu ser se arraiga en lo Divino, pero no tu mente. No puedes negar lo Divino en lo concerniente a la Existencia. Tú eres parte suya.

No puede decir nada. Cuando la luz aparece, la oscuridad simplemente desaparece. De este modo llega la Iluminación, llega el ofrecimiento. Eres capaz de ofrecer en cada momento: tú decides. Pero la ofrenda debe ser total y sólo puede ser total si no divides la Realidad. Afirma la vida como Divina; afirma ambos extremos opuestos como Eso. Entonces, te muevas o no te muevas, no puedes ir a ninguna parte. O, dondequiera que vayas, te encontrarás Eso. Esto es una mente apuntando continuamente, y esto, dice el Upanishad, es la única ofrenda. Todo lo demás son falsos sustitutos.

OSHO

viernes, 14 de marzo de 2008

De que sirve que Dios te haya dado libertad, si estas prisionero de tus locuras. (Abel Desestress)



Es imposible encontrar un hombre que no tenga un sueño de utopía…de un mundo que sea mejor…más humano…más hermoso…más amoroso; un mundo sin conflictos, guerras, discriminaciones…un mundo sensible…compasivo…comprensivo.
Todo ser humano lleva el sueño en un rincón de su conciencia. Y esto no es un fenómeno nuevo.
Desde el principio el sueño ha estado presente en la humanidad, y se han fallado, no por una dificultad intrínseca sino por el vasto mundo que te rodea. Tus sueños no están en sintonía con los intereses creados del mundo, y estos son muy poderosos…inmensamente poderosos.
El soñador es muy delicado…muy frágil, igual que su sueño….
Es mejor continuar soñando con una humanidad mejor que instalarse en la tristeza y el pesimismo…
Tenemos que hacer todos los esfuerzos para cambiar el significado de la palabra utopía.
El significado de la palabra utopía es aquello que nunca sucede, y estamos decididos a cambiar su significado. Estamos comprometidos con la idea de que la utopía es aquello que puede suceder.
Debe cambiar totalmente la antigua definición.
La utopía es el verdadero corazón de los seres humanos.
Un hombre que no sueñe con un mundo mejor no es un hombre, es un desierto…
No estamos interesados en ir al paraíso; estamos interesados en hacer que el paraíso venga acá.
Todo depende de nuestro amor…de nuestro silencio…de nuestra paz…de nuestra meditación y de estar despiertos y alertas para no caer en la trampa de los intereses creados.
No estoy a favor de postergarlo, ni siquiera para mañana…
Lo que se pueda hacer, hay que hacerlo ahora.

No traiciones la tierra…no traiciones el presente.
No traiciones tu sueño…tu sueño es tu alma…
Sé claro en tu visión…sé consciente en tus esfuerzos.
El sueño está teniendo raíces y espero que pronto veamos las flores: no están lejos.
Osho
“Dios ha creado tantos mundos en el universo, que se la ha perdido el nuestro” (Abel Desestress)

jueves, 13 de marzo de 2008

Para ser un nuevo hombre, solo basta que sonrías en cada despertar. (Abel Desestress


Sobre el Nuevo Hombre
El hombre hasta ahora no ha vivido de verdad, auténticamente; el hombre ha vivido una pseudovida. El hombre ha vivido con una gran patología, el hombre ha vivido con una gran enfermedad. Y no hay ninguna necesidad de vivir con esta patología -- nosotros podemos salir de la prisión, porque la prisión está hecha con nuestras propias manos. Nosotros estamos en la prisión porque hemos decidido estar en ella -- porque hemos creído que la prisión no es una prisión, que es nuestra casa.

Mi mensaje a la humanidad es: ¡Básta! ¡Es demasiado!. ¡Despierta! Mira qué es lo que el hombre se ha hecho a sí mismo. En tres mil años ha habido cinco mil guerras. No puedes llamar a esto una humanidad saludable. Y sólo de vez en cuando un ha florecido Buddha . Si sólo de vez en cuando en el jardín una planta florece, y las demás partes permanecen sin flores, ¿lo llamarías un jardín? Algo muy básico ha salido mal.
¿Pero qué ha salido mal? ¿Por qué ha vivido el hombre durante miles de años en un infierno? Durante miles de años hemos vivido con los conceptos de que el hombre es un campo de batalla entre lo inferiior y lo superior, lo material y lo espiritual, lo de este mundo y lo del otro mundo, entre lo bueno y lo malo, entre Dios y el Diablo. Como consecuenca de esto se ha limitado el potencial humano .

Para destruir al hombre, para destruir su poder, se ha usado una gran estrategia -- y esta es dividir al hombre en dos. El hombre ha vivido con el concepto de "esto o aquello",: ser materialista o ser espiritualista. Le han dicho que no puedes ser ambos. El cuerpo o el alma -- Te han enseñado que no puedes ser ambos.

Esta causa ha sido la raíz de la miseria de hombre. Un hombre dividido contra sí mismo, permanecerá en infierno. El cielo nace cuando el hombre deja de estar dividido. Un hombre es miserable a causa de su división y un hombre es bendecido por medio de su integridad.

Hasta ahora, la humanidad ha estado esquizofrénica, porque le han enseñado a reprimir, rechazar, negar, muchas partes naturales de su ser . Y rechazándolos, negándolos, tú no puedes destruirla; simplemente se entierran. Siguen funcionando en tu inconsciente; se tornan mucho más peligrosos.

El hombre es un todo orgánico. Y todo lo que Dios le ha dado al hombre debe ser usado; nada tiene que ser negado. El hombre puede ser una orquesta; todo lo que se necesita es el arte de cómo crear una armonía dentro de sí mismo.

Pero tus mal lamadas religiones han estado enseñándole distintas formas de desarmonía, la discordia, el conflicto. Y cuando estás luchando contra tí mismo sigues disipando tu energía. Permaneces embotado, poco inteligente, tonto -- porque sin una gran energía nadie es inteligente en la vida. Cuando la energía rebosa entonces es que hay inteligencia. El rebosar de la energía es la causa de que la inteligencia crezca. Y el hombre ha vivido en una pobreza interior.
Creemos a un nuevo hombre sin divisiones, íntegro, entero.

Yo me alegro, realmente me alegro, de que el hombre tradicional esté desapareciendo, de que las viejas iglesias estén volviéndose ruinas y que los viejos templos se abandonen. Yo me alegro inmensamente de que la vieja moralidad esté dando de bruces en el suelo.

Esta es en verdad una gran crisis. Si aceptamos el desafío, ésta es una oportunidad para crear lo nuevo. Nunca se ha estado tan a punto en ningún momento del pasado.Tú estás viviendo en una de las épocas más hermosas, porque lo viejo está desapareciendo, o ha desaparecido, y un caos se ha creado. Y sólo de los caos nacen las grandes estrellas .

Tú tienes la oportunidad de crear un cosmos nuevo. Ésta es una oportunidad que sólo se presenta de vez en cuando; muy rara. Eres afortunado por estar vivo en estos tiempos críticos. Usa la oportunidad para crear al hombre nuevo.

Y para crear al hombre nuevo tienes que empezar por tí.

El hombre de antes era represivo, agresivo. El hombre de antes fue destinado a ser agresivo porque la represión siempre trae agresión. El nuevo hombre será espontáneo, creativo.

El hombre de antes vivió a través de las ideologías. El nuevo hombre no vivirá a través de las ideologías, ni a través de las moralidades, sino a través de la conciencia. El nuevo hombre vivirá a través de conocimiento. El nuevo hombre será responsable por él y la existencia. El nuevo hombre no será moral en el viejo sentido; él será amoral.

El hombre nuevo trae un nuevo mundo con él. Ahora mismo el nuevo hombre está destinado a ser una minoría mutante, pero él es el portador de una nueva cultura, la semilla. Ayúdalo. Anuncia su llegada desde lo alto de tu casa: ése es mi mensaje para tí. Osho

martes, 11 de marzo de 2008

Al amor queremos festejar, disimular, disfrazar, igual que un carnaval. (Abel Desestress)



HOY, QUE ES EL AMOR?
El SER, es amor. La amistad, es la convivencia humana desde que nacemos.
Nadie tiene enemigos cuando nace, somos amigos de todos, y amamos a todos.
Esta pseudo civilización, ha producido una sociedad caótica. Y ha hecho que nosotros mismos, forjemos día a día nuestros enemigos, en el trabajo, en la escuela, con los vecinos, con la vida.
Pareciera ser que todos tenemos algo que decir en negativo de quienes nos rodean.
Hoy, “AL AMOR Y A LA MISTAD” hoy lo queremos fetejar, disimular, disfrazar, igual que un carnaval. (Abel Desestress)

QUE ES EL AMOR…?
El amor es un estado, un proceso.
El estado de amor mas elevado, NO es en absoluto el de una relación afectiva, llámese padres, hijos o pareja.
Es simplemente un estado que pertenece a tu Ser.
De la misma forma que los árboles son verdes, El que siente Amor, ama.
Los árboles no son verdes para unas personas determinadas;
No es que cuando tú llegues, ellos se vuelvan verdes.
La flor continúa difundiendo su fragancia tanto si alguien se le acerca, como si no, tanto si alguien la aprecia como si no.
La flor no empieza a liberar su fragancia cuando se da cuenta
Que alguien se acerca, ya sea este un poeta o un carpintero
No. La flor continúa extendiendo su fragancia siempre,
Porque ese es su estado de vida, de existencia El amor es un estado,
Un proceso continúo de evolución

Es un estado que todos debemos conocer y gozar día a día
El amor no puede depender de una relación afectiva con alguien
El amor no puede conocerse a través de alguien, mucho menos para alguien
El amor es tu existencia, es tu vida y tu muerte, es tu alegría y tristeza
Es tu soledad o compañía. El amor mas grande es el que se ama, a si mismo.
Porque entonces puede dar amor, respeto y crecimiento a todos
No importa que grado de relación tengan los demás con nosotros,
Se ama, como se vive, se entrega como si fuese lo último que se hiciera.
El amor no lleva papeles, ni contratos, ni promesas, ni siquiera sexo
El amor solo lleva la pureza de ser alguien, de existir. Y Ser amor todo el tiempo, no solo en ocasiones, no solo por conveniencias, no en elecciones, no por dinero. Nada que se relacione a lo material, se acerca al amor,

Porque el amor eres tú. No se puede dar lo que no se tiene
Así es que, si no eres amor, como puedes saber y decir que amas
Mucho menos que conoces al amor, el amor es un estado,
NO una relación con nadie.
El amor es el único milagro. El amor es la escalera del infierno al cielo. Habiendo aprendido a amar, lo has aprendido todo. Si no has aprendido a amar, has desperdiciado toda tu vida.
Este amor está aguardando dentro de ti. No tiene prisa: puede esperar y tú morir.
El nacer no está en tus manos. Tú naciste y nadie te había preguntado, no se te había solicitado permiso alguno; ni siquiera se te preguntó dónde querrías nacer y qué querrías ser. Te encontraste en medio de la vida; te encontraste aquí. No pudiste elegir nacer… ni morir. Un día, de repente, la muerte llegará sin ni siquiera avisarte. Y la muerte no esperará ni tan sólo un instante. Uno nace, muere… nacimiento y muerte no están en tus manos; no puedes hacer nada al respecto. Entre tu nacimiento y tu muerte solamente hay una cosa que puedes hacer: ser amor y amar.
Osho.

lunes, 10 de marzo de 2008

El poder está en ti, puedes dar vida y puedes traer muerte (Abel Desestress)


Sobre el Nuevo Hombre
Yo instruyo al hombre nuevo, a una nueva humanidad, un nuevo concepto de ser en el mundo. Yo proclamo al homo novus . El hombre viejo está agonizando, y no hay ninguna necesidad de ayudarlo a que sobreviva más. El hombre viejo está en el lecho de muerte: no te lamentes por él -- ayudalo a morirse. Porque sólo con la muerte de lo viejo puede nacer lo nuevo. La cesación de lo viejo es el principio de lo nuevo.

Mi mensaje para la humanidad es el hombre nuevo . No será menos que eso. No es algo modificado, no es una continuación con el pasado, es algo absolutamente discontinuo.

El hombre hasta ahora no ha vivido de verdad, auténticamente; el hombre ha vivido una pseudovida. El hombre ha vivido con una gran patología, el hombre ha vivido con una gran enfermedad. Y no hay ninguna necesidad de vivir con esta patología -- nosotros podemos salir de la prisión, porque la prisión está hecha con nuestras propias manos. Nosotros estamos en la prisión porque hemos decidido estar en ella -- porque hemos creído que la prisión no es una prisión, que es nuestra casa.

Mi mensaje a la humanidad es: ¡Básta! ¡Es demasiado!. ¡Despierta! Mira qué es lo que el hombre se ha hecho a sí mismo. En tres mil años ha habido cinco mil guerras. No puedes llamar a esto una humanidad saludable. Y sólo de vez en cuando un ha florecido Buddha . Si sólo de vez en cuando en el jardín una planta florece, y las demás partes permanecen sin flores, ¿lo llamarías un jardín? Algo muy básico ha salido mal. Cada persona nace para ser un Buddha: menos de eso no va satisfacerte.

¿Pero qué ha salido mal? ¿Por qué ha vivido el hombre durante miles de años en un infierno? Durante miles de años hemos vivido con los conceptos de que el hombre es un campo de batalla entre lo inferiior y lo superior, lo material y lo espiritual, lo de este mundo y lo del otro mundo, entre lo bueno y lo malo, entre Dios y el Diablo. Como consecuenca de esto se ha limitado el potencial humano .

Para destruir al hombre, para destruir su poder, se ha usado una gran estrategia -- y esta es dividir al hombre en dos. El hombre ha vivido con el concepto de "esto o aquello",: ser materialista o ser espiritualista. Le han dicho que no puedes ser ambos. El cuerpo o el alma -- Te han enseñado que no puedes ser ambos.

Esta causa ha sido la raíz de la miseria de hombre. Un hombre dividido contra sí mismo, permanecerá en infierno. El cielo nace cuando el hombre deja de estar dividido. Un hombre es miserable a causa de su división y un hombre es bendecido por medio de su integridad.

Hasta ahora, la humanidad ha estado esquizofrénica, porque le han enseñado a reprimir, rechazar, negar, muchas partes naturales de su ser . Y rechazándolos, negándolos, tú no puedes destruirla; simplemente se entierran. Siguen funcionando en tu inconsciente; se tornan mucho más peligrosos.

El hombre es un todo orgánico. Y todo lo que Dios le ha dado al hombre debe ser usado; nada tiene que ser negado. El hombre puede ser una orquesta; todo lo que se necesita es el arte de cómo crear una armonía dentro de sí mismo.

Pero tus mal lamadas religiones han estado enseñándole distintas formas de desarmonía, la discordia, el conflicto. Y cuando estás luchando contra tí mismo sigues disipando tu energía. Permaneces embotado, poco inteligente, tonto -- porque sin una gran energía nadie es inteligente en la vida. Cuando la energía rebosa entonces es que hay inteligencia. El rebosar de la energía es la causa de que la inteligencia crezca. Y el hombre ha vivido en una pobreza interior.

domingo, 9 de marzo de 2008

Lo viejos seres que conoces son sabios muy jóvenes para ti (Abel Desestress)


80 AÑOS Y UNIVERSITARIA, ANCIANA CON 20 AÑOS EN EL CORAZON.
Una mujer, de 80 años, se matriculó en la Universidad en EEUU y, cómo son las cosas, contagió su energía a los jóvenes estudiantes que iban a diario con ella a clase.
Envejecer es obligatorio,
pero crecer es opcional
Les causó tal efecto que la convidaron a dar uno de los discursos que abría la temporada de fútbol de la Universidad. He aquí lo que dijo en aquel discurso:
"No dejamos de amar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de amar. Existen algunos secretos para continuar jóvenes, felices y exitosos. Es necesario reír y encontrar el humor en cada día que se nos regala. Es necesario tener un sueño. Cuando se pierden los sueños, uno poco a poco muere.

Hay tantas personas caminando por ahí, vacías y no son conscientes! Hay una enorme diferencia entre envejecer y crecer.

Si tienes 19 años y te quedas acostado en la cama por un año entero, sin hacer nada productivo, llegarás a los 20 años. Lo mismo que hoy, que tengo 87 años y puedo pasar un año completo sin hacer nada, llegaré a los 88 años. Cualquier persona consigue envejecer. Es algo que no exige talento, ni habilidad ninguna.

La idea es crecer, siempre, encontrando oportunidades en las novedades. No tengas remordimientos. Los viejos generalmente no se arrepienten de aquello que hicieron, sino de aquellas cosas que dejaron por hacer.

Las únicas personas que tienen miedo de la muerte, son las que tienen remordimientos. Envejecer es obligatorio, pero crecer es opcional".

Sin Palabras. Hasta Mañana. Sinceramente. Abel Desestress

sábado, 8 de marzo de 2008

Nada de lo que te rodea, puedes ofrecer a Dios, porque nada es tuyo. (Abel Desestress)


Qué puedo ofrecer a Dios?

¿Qué es lo que el hombre puede ofrecer? ¿Cuál puede ser su ofrenda? Podemos ofrecer sólo lo que nos pertenece. Lo que no nos pertenece no podemos ofrecerlo, y el hombre siempre ha ofrecido aquello que no le pertenece. El hombre ha sacrificado aquello que no es suyo.

La religión se convierte en un ritual si ofreces algo que no es tuyo. La religión se convierte en una experiencia auténtica si ofreces algo que verdaderamente te pertenece. Los rituales son en realidad métodos para escapar de la auténtica religiosidad. Puede que encuentres sustitutos, pero no estás engañando a nadie más que a ti mismo, porque ¿cómo vas a ofrecer algo que no es tuyo? Puedes sacrificar un caballo, puedes sacrificar una vaca, puedes ofrecer tierras, pero nada de ello te pertenece. Así que, realmente, esto es robar en nombre de la religión. ¿Cómo vas a ofrecer a lo Divino algo que no es tuyo?

Por eso lo primero es averiguar qué es lo que es tuyo, qué es lo que te pertenece. ¿Hay algo que te pertenezca? ¿Eres tú el amo de algo de forma que puedas decir, «Esto pertenece al hombre y yo se lo ofrezco a lo Divino»? Esta es una de la preguntas más difíciles: «¿Qué es lo que le pertenece al hombre?» Nada parece pertenecerle. Y cuando nada parece pertenecerte, únicamente puedes decir, «Puedo ofrecerme a mí mismo». Pero incluso esto es incorrecto porque, ¿te perteneces tú a ti mismo? ¿Es tuyo tu ser? ¿Eres responsable de tu ser? ¿Eres responsable de tu existencia?

El hombre proviene de alguna parte, de algún origen desconocido. No es responsable de que esté aquí. Kierkegaard ha dicho, «Cuando miro al hombre, siento que ha sido arrojado aquí». No es ni siquiera responsable de su propio ser; el ser está arraigado en lo Divino. Considéralo así: ¿Puede un árbol decir, «Me ofrezco a mí mismo a la tierra»? ¿Qué significado tiene? Carece de sentido porque el árbol está enraizado en la tierra, el árbol es sólo una parte de la tierra. El árbol es sólo tierra y nada más, de modo que cómo va a decir, «Me ofrezco a mí mismo a la tierra»? No tiene sentido. El árbol es una parte. No es distinto, por lo tanto el ofrecimiento no es posible. Así que, primero, sólo puedes ofrecer aquello que te pertenece. Segundo, sólo puedes ofrecer si hay una cierta distancia, una cierta separación.

El río no puede afirmar, «Me ofrezco a mí mismo al mar», porque es algo que ha de llegar. Este llegar forma parte de la naturaleza. El río no llega al mar debido a que sea él el que lo haya elegido pues no hay posibilidad de elección de su parte. El río es impotente, no puede hacer nada más. Y una tercera cosa: sólo puedes ofrecer algo cuando tienes la posibilidad de hacer otra cosa. Si tienes la posibilidad de no ofrecer, sólo entonces te vuelves capacitado para ofrecer. Entonces ésta es tu elección.

El hombre está arraigado como un árbol. El hombre es un árbol, sólo que con raíces móviles, enraizado en el Ser, enraizado en la Existencia. Y el hombre no es algo separado: en lo profundo no hay separación. Un hombre no es responsable de su propio ser: tiene que regresar inevitablemente como un río precipitándose en el mar. Así qué, ¿dónde está la elección? ¿Cómo vas a ofrecer? Tu muerte será una disolución tanto si quieres como si no. ¿Quién eres? ¿En dónde estás y dónde es que el ofrecimiento se hace posible?


Todas las religiones han encarado el problema, la dicotomía. El cristianismo, el judaísmo o el islamismo. Todas las religiones surgidas de la India han aceptado la dicotomía. Han aceptado la dicotomía de Dios-y-el-Diablo. Por eso si analizas la historia de esas religiones te darás cuenta de un fenómeno muy extraño. Jesús representa a Dios, pero el Diablo también sigue tentándole. Y sea lo que sea lo que Jesús representa, su Iglesia representa lo opuesto, lo diametralmente opuesto. Por eso al cristianismo le precocupa poco Cristo. Más bien, el cristianismo es su enemigo, porque cualquier cosa que haya hecho la Iglesia no puede decirse que haya sido la obra de Dios. Puede considerarse la obra del Diablo. Pero esto se debe a la ley del efecto contrario.

Una vez aceptas la dicotomía, el opuesto será el resultado. Cristo predica el amor y la Iglesia representa el odio. Cristo dice, «No te resistas ni al mal», y toda la historia de la Iglesia no es más que una larga guerra. Por eso Nietzsche está en lo cierto cuando afirma, «El primer y el último cristiano murieron en la cruz». ¡También el último! Después de Jesús no ha habido otro cristiano. No obstante, San Pablo y otros cristianos no son tan responsables de esto como aparentan serlo. La verdadera responsabilidad recae en la ignorancia de la ley del efecto contrario.


La filosofía china dice que el «Yin» está continuamente desplazándose hacia el «Yang» y que el «Yang» continuamente se desplaza hacia el «Yin», y forman un círculo. Están en perpetuo movimiento el uno hacia el otro. El hombre está continuamente yendo hacia la mujer y la mujer se mueve continuamente hacia el hombre, y forman un círculo. Y la luz se mueve hacia la oscuridad y la oscuridad se mueve en pos de la luz, y hacen un círculo. Y cuando te aburres de la luz, eres atraído por la oscuridad; y cuando estás aburrido de oscuridad eres atraído por la luz.

Todos estamos hipnotizados por el opuesto. Una sociedad se vuelve sexual si afirmas que el sexo es pecado. Entonces el sexo se torna romántico, comienza a adquirir un halo de misterio a su alrededor. Un hecho vital tan simple, tan sólo por llamarlo pecado, se convierte en la zanja. ¡Y sólo porque se le llama pecado! Llama a lo que sea pecado y habrás creado un algo mediante el cual vas a ser hipnotizado. La autohipnosis es ahora posible. Niega algo y ya has caído en la trampa.

Lao Tse dice, «Una distinción de un centímetro entre el cielo y la tierra, y todo queda separado. Una distinción de un centímetro entre lo bueno y lo malo, y todo es separado».

No se debería hacer distinción alguna. Por eso es por lo que religión no es moralidad. La religión está más allá porque la moralidad no puede existir sin distinciones, y la religión no puede existir con distinciones. La moralidad no puede existir sin crear el otro. Depende de la división en opuestos: el bien y el mal, y así sucesivamente. Así que Dios y el Demonio no son parte de la religión sino de la moralidad. El concepto de Dios como opuesto al mal, al Diablo, a Satán no es en realidad un concepto religioso. Es un concepto moral.

La ignorancia es simplemente como la oscuridad: sólo tiene duración. Puedes permanecer en ella por siglos, por milenios, y simplemente en una decisión instantánea deja de estar ahí. Es como la luz. En el instante en que la luz se hace presente, la oscuridad deja de estar allí. Y la oscuridad no puede decir, «Esto no es como debería ser. He estado aquí durante muchos, muchos siglos, y esto no es lo correcto. He permanecido aquí y he tomado posesión de este lugar. Se ha vuelto mío».

No puede decir nada. Cuando la luz aparece, la oscuridad simplemente desaparece. De este modo llega la Iluminación, llega el ofrecimiento. Eres capaz de ofrecer en cada momento: tú decides. Pero la ofrenda debe ser total y sólo puede ser total si no divides la Realidad. Afirma la vida como Divina; afirma ambos extremos opuestos como Eso. Entonces, te muevas o no te muevas, no puedes ir a ninguna parte. O, dondequiera que vayas, te encontrarás Eso. Esto es una mente apuntando continuamente, y esto, dice el Upanishad, es la única ofrenda. Todo lo demás son falsos sustitutos.
Osho

viernes, 7 de marzo de 2008

Si aprendes a ser feliz, por despertar cada mañana, un nuevo hombre nacerá en ti. (Abel Desestress



Yo instruyo al hombre nuevo, a una nueva humanidad, un nuevo concepto de ser en el mundo. Yo proclamo al homo novus . El hombre viejo está agonizando, y no hay ninguna necesidad de ayudarlo a que sobreviva más. El hombre viejo está en el lecho de muerte: no te lamentes por él -- ayudalo a morirse. Porque sólo con la muerte de lo viejo puede nacer lo nuevo. La cesación de lo viejo es el principio de lo nuevo.

Mi mensaje para la humanidad es el hombre nuevo . No será menos que eso. No es algo modificado, no es una continuación con el pasado, es algo absolutamente discontinuo.

El hombre hasta ahora no ha vivido de verdad, auténticamente; el hombre ha vivido una pseudovida. El hombre ha vivido con una gran patología, el hombre ha vivido con una gran enfermedad. Y no hay ninguna necesidad de vivir con esta patología -- nosotros podemos salir de la prisión, porque la prisión está hecha con nuestras propias manos. Nosotros estamos en la prisión porque hemos decidido estar en ella -- porque hemos creído que la prisión no es una prisión, que es nuestra casa.

Mi mensaje a la humanidad es: ¡Básta! ¡Es demasiado!. ¡Despierta! Mira qué es lo que el hombre se ha hecho a sí mismo. En tres mil años ha habido cinco mil guerras. No puedes llamar a esto una humanidad saludable. Y sólo de vez en cuando un ha florecido Buddha . Si sólo de vez en cuando en el jardín una planta florece, y las demás partes permanecen sin flores, ¿lo llamarías un jardín? Algo muy básico ha salido mal. Cada persona nace para ser un Buddha: menos de eso no va satisfacerte.


¿Pero qué ha salido mal? ¿Por qué ha vivido el hombre durante miles de años en un infierno? Durante miles de años hemos vivido con los conceptos de que el hombre es un campo de batalla entre lo inferiior y lo superior, lo material y lo espiritual, lo de este mundo y lo del otro mundo, entre lo bueno y lo malo, entre Dios y el Diablo. Como consecuenca de esto se ha limitado el potencial humano .

Para destruir al hombre, para destruir su poder, se ha usado una gran estrategia y esta es dividir al hombre en dos. El hombre ha vivido con el concepto de "esto o aquello",: ser materialista o ser espiritualista. Le han dicho que no puedes ser ambos. El cuerpo o el alma Te han enseñado que no puedes ser ambos.

Esta causa ha sido la raíz de la miseria de hombre. Un hombre dividido contra sí mismo, permanecerá en infierno. El cielo nace cuando el hombre deja de estar dividido. Un hombre es miserable a causa de su división y un hombre es bendecido por medio de su integridad.

Hasta ahora, la humanidad ha estado esquizofrénica, porque le han enseñado a reprimir, rechazar, negar, muchas partes naturales de su ser . Y rechazándolos, negándolos, tú no puedes destruirla; simplemente se entierran. Siguen funcionando en tu inconsciente; se tornan mucho más peligrosos.

El hombre es un todo orgánico. Y todo lo que Dios le ha dado al hombre debe ser usado; nada tiene que ser negado. El hombre puede ser una orquesta; todo lo que se necesita es el arte de cómo crear una armonía dentro de sí mismo.

Pero tus mal lamadas religiones han estado enseñándole distintas formas de desarmonía, la discordia, el conflicto. Y cuando estás luchando contra tí mismo sigues disipando tu energía. Permaneces embotado, poco inteligente, tonto -- porque sin una gran energía nadie es inteligente en la vida. Cuando la energía rebosa entonces es que hay inteligencia. El rebosar de la energía es la causa de que la inteligencia crezca. Y el hombre ha vivido en una pobreza interior.

Y todo depende de tí. Si sigues enganchado a lo viejo, entonces estarás enganchado a un gran suicidio, un suicidio universal, en todos los sentidos. El hombre viejo está listo para morirse; el hombre viejo ha perdido el entusiasmo para vivir.

Por eso todos los países están preparados para la guerra. Y la Tercera Guerra Mundial será una guerra total. Nadie va a resultar ganador, porque nadie va a sobrevivir. No sólo el hombre va a ser destruido; también toda la vida en tierra.

¡Ten cuidado ! Ten cuidado con tus políticos -- todos ellos son suicidas. Ten cuidado con el viejo condicionamiento que te divide como indio, como alemán, como japonés, como americano. El nuevo hombre va a ser universal. Él transcenderá todas las barreras de raza, religión, sexo, color. El nuevo hombre no será del Este ni del Oeste; el nuevo hombre exigirá a la tierra entera como su casa.

“Cada vez que una guerra se inicia, algún Dios está en la bandera de un bando” (Abel Desestress)

jueves, 6 de marzo de 2008

Deja en tu mente la muerte en paz, y renacerás en vida (Abel Desestress)


TU ERES LA VIDA... Y como primer entendimiento, debes saber que;
Tu vida es tu vida, no es la vida de nadie más.
No permitas que nadie te domine, no dejes que otros te dicten lo que has de hacer.
Eso es una traición a la vida, a tu vida.

Si dejas que otros te digan lo que has de hacer, sean tus padres, la sociedad, tu sistema educativo, tus políticos, tus sacerdotes, sean los que sean, si te dejas dominar por los demás, te perderás tu vida.

Porque el dominar proviene del exterior y la vida está en tu interior. Nunca se encuentran.

No te estoy diciendo que tengas que ser alguien que siempre diga no a todo. Porque eso tampoco sirve.

Hay dos clases de gente. Una pertenece al tipo obediente, dispuesto a entregarse a cualquiera. No poseen en su interior un alma independiente. Son inmaduros, infantiles, siempre buscando la figura del padre, buscando a alguien que les diga lo que han o lo que no han de hacer.
No son capaces de confiar en sí mismos. Esa gente forma la mayor parte de la población mundial, las masas.


Luego, en oposición a esa gente, existe una pequeña minoría que rechaza la sociedad, que rechaza los valores de, la sociedad.
Ellos creen que son rebeldes. No lo son; son sólo reaccionarios. Tanto si escuchas a la sociedad como si rechazas la sociedad, si la sociedad permanece siendo el factor determinante, entonces eres dominado por la sociedad

QUE ES LA MUERTE

LA MUERTE, ESTU MUERTE
Todo regresa a su fuente original, ha de volver a su fuente original. Si comprendes la vida, también comprenderás la muerte.
La vida es un olvidarse de la fuente original y la muerte es recordarla de nuevo.
La vida es alejarse de la fuente original; la muerte es regresar a casa.
La muerte no es algo repugnante, la muerte es hermosa; Pero la muerte es bella solamente para aquellos que han vivido la vida sin inhibiciones, plenamente, sin represión.
La muerte es hermosa solamente para aquellos que han vivido su vida de forma bella, que no se han sentido asustados de vivir; que han tenido el coraje suficiente para vivir, que han amado, que han bailado, que han gozado.
La muerte se convierte en la celebración suprema si tu vida ha sido una celebración.
Déjame que te lo diga de este modo: lo que tu vida ha sido, la muerte lo desvelará.
Si has sido un desdichado en la vida, la muerte revelará esa desdicha. La muerte es el gran revelador.
Si has sido feliz en tu vida, la muerte revelará esa felicidad. Si solamente has vivido una vida de comodidades físicas y de placeres físicos, entonces por supuesto, la muerte será algo muy desagradable e incómodo porque has de abandonar el cuerpo.
El cuerpo solamente es una morada temporal, un refugio en el que pasamos la noche y que dejamos por la mañana. No es tu morada permanente. No es tu casa.

VIVE LA VIDA, VIVE LA MUERTE

La vida es vivir. No es una cosa es un proceso: No hay otra forma de conocer lo que es la vida más que viviendo, estando vivo, fluyendo, discurriendo con ella.
Si buscas, el significado de la vida en algún dogma, en una determinada filosofía, en una teología, da por seguro que te perderás lo que es la vida y su significado. ­
La vida no te está esperando en ninguna parte; te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón.
Cualquier cosa que seas, es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás. El hombre ha estado haciendo esto durante siglos.
Los conceptos se han vuelto muy importantes, las explicaciones se han vuelto muy importantes y lo real ha sido olvidado por completo. No vemos lo que de hecho ya está aquí, queremos racionalizaciones y nos perdemos el vivir de cada dìa. Osho

“Temen morir aquellos que siempre les falto algo por concluir” (Abel Desestress)

martes, 4 de marzo de 2008

La educación lleva en su nombre la voz de quien la emplea (Abel Desestress)


“Pocos hombres escudados de ideologías religiosas, han aportado un beneficio neutral para la humanidad. (Abel Desestress)

Verdaderamente contradictorias , las palabras del actual papa, jerarca de la iglesia catolica.

Como se atreve hablar de traicion, cuando todos su actos y decisiones, no ha sido mas que una total traicion al trabajo y politica de su antecesor el papa Juan Pablo II. Ma saun mencionando la palabra AMOR, la cual, mas de una vez ya ha demostrado que ni siquiera conoce su contexto. Ni biblico, ni social, ni mucho menos humano.
Indudablemente, este actual director de un gran negocio religioso, no hace mas que cumplir con las leyes de los hombres. Hoy me conviene, mañana eres un traidor, y pasado, ya veremos.

Aquí la Nota: Ciudad del Vaticano.- El papa Benedicto XVI aseguró que la civilización occidental “ha traicionado en parte” la “inspiración evangélica”.

Durante un discurso a los jóvenes que participan en una vigilia de oración mariana sobre el tema “Europa y las Américas juntas para construir la civilización del amor”, el Pontífice dijo que es necesario para los católicos empeñarse en todo lo que contribuye a esa “civilización del amor”.

Según Joseph Ratzinger, en las grandes ciudades europeas y americanas, “cada vez más cosmopolitas”, falta a menudo la savia del Evangelio, que es “capaz de hacer que las diferencias no sean motivo de división o de conflicto, sino de enriquecimiento recíproco”.

En la vigilia de oración mariana participan universitarios de España, Brasil, Ecuador, Cuba, México, Francia, Estados Unidos, Rumanía y Bielorrusia. EFE

lunes, 3 de marzo de 2008

Entre el llanto y la tristeza, se asoma la felicidad del consuelo (Abel Desestress)


CELEBRAR LA TRISTEZA
La felicidad es un polo, la tristeza es el otro. La dicha suprema es un polo, la infelicidad es el otro.
La vida es ambos. Una vida de pura dicha tendrá extensión, pero no tendrá profundidad. Una vida de pura tristeza tendrá profundidad, pero no tendrá extensión. Una vida de ambas, tristeza y felicidad, es multidimensional; se mueve en todas las direcciones conjuntamente. La propia palabra "triste" te da connotaciones equivocadas de que algo está mal. Esa es tú interpretación.
Para mí, la vida es buena en su totalidad. Y cuando entiendes la vida en su totalidad, sólo entonces puedes celebrarla; de otro modo no. Celebración significa: cualquier cosa que suceda no importa, la celebraré. La celebración no está condicionada a ciertas cosas: "Cuando sea feliz lo celebraré" o "Cuando esté triste no lo celebraré". La celebración es incondicional; celebro la vida. Si trae infelicidad, bien, lo celebro. Si trae felicidad, bien, lo celebro. La celebración es mi actitud, independientemente de lo que la vida traiga.

Pero cada vez que utilizo las palabras, surge un problema. Esas palabras tienen una interpretacion en tu mente. Cuando digo "celebra", tú piensas que uno tiene que estar feliz. ¿Cómo puede uno celebrar cuando está triste? No estoy diciendo que uno tenga que estar feliz para celebrar. La celebración es gratitud por cualquier cosa que la vida te dé, cualquier cosa que Dios te dé. Celebración es una gratitud, es estar lleno de agradecimiento.
No te identifiques con la tristeza. Transfórmate en su testigo y disfruta del momento de tristeza, porque la tristeza tiene su propia belleza. Nunca te has fijado en ello. Te identificas tanto, que nunca penetras en la belleza de un momento triste. Si te fijas, te sorprenderás de los tesoros que te has estado perdiendo. Fíjate: cuando eres feliz nunca eres tan profundo como cuando estás triste. La tristeza tiene profundidad; la felicidad tiene algo de superficial. Observa a la gente feliz.

La felicidad es como las olas, solamente superficial; vives una vida trivial. Pero la tristeza tiene algo de profundo. Cuando estás triste no es como las olas en la superficie, es como la profundidad misma del Océano Pacífico; millas y millas. Sumérgete en su profundidad, obsérvala.
La felicidad es ruidosa; la tristeza tiene un cierto silencio. La felicidad puede ser como el día, la tristeza es como la noche. La felicidad puede ser como la luz, la tristeza es como la oscuridad. La luz va y viene; la oscuridad permanece, es eterna. La luz se presenta a veces; la oscuridad está siempre ahí. Si penetras en la tristeza sentirás todas estas cosas. De pronto te darás cuenta que la tristeza está ahí como un objeto, tú la estás observando, eres testigo de ella, y repentinamente empiezas a sentirte feliz. ¡Qué bella es la tristeza!
Depende de la actitud. Cuando te entristeces piensas que te ha sucedido algo malo.
El que algo malo te ha ocurrido es sólo una interpretación y entonces tratas de escapar. Nunca meditas sobre ello. Luego quieres ir a ver a alguien; a una fiesta, al club, o enciendes la televisión o la radio, o empiezas a leer el periódico; haces algo para poder olvidar.
Pensar que la tristeza es algo malo es una actitud errónea que te ha sido transmitida: No hay nada malo en ella. Es otro polo de la vida.
Celebra tu Tristeza!!

domingo, 2 de marzo de 2008

La envidia y la ambición van de la mano en esta sociedad de pseudos civilizados (Abel Desestress)



Envidiar es comparar. Y hemos sido enseñados a comparar, hemos sido condicionados para comparar, siempre comparar. Alguien tiene una mejor casa, alguien tiene un mejor cuerpo, alguien tiene más dinero, alguien tiene una personalidad carismática. Comparar, sigue comparándote a ti mismo con todos los que pasan y la envidia aparecerá; es el acondicionamiento de la comparación por el producto.
Por otra parte, si dejas de comparar, la envidia desaparece, entonces tu simplemente, sabes que tú eres tú y nadie más y no existe la necesidad. Es bueno que no te compares con los árboles, si no, vas a sentir mucha envidia— ¿por qué no fuiste verde? ¿Y por qué Dios es duro contigo y no con las flores? Es mejor que tú no te compares con los pájaros, los ríos, las montañas porque sufrirás. Sólo te comparas con seres humanos porque has sido condicionado para compararte con otros seres humanos; no te comparas con pavos reales o loros. Ahí si que estarías celoso cada vez más: estarías tan celoso que simplemente no podrías vivir.
La comparación es una actitud muy tonta, pues cada persona es única e incomparable. Una vez que comprendes eso, la envidia desaparece. Cada ser es único, incomparable. Tú eres sólo tú: nadie ha sido jamás como tú, y nadie jamás lo será. Y no necesitas ser como otro.
Dios sólo crea originales; no crea copias.
Un grupo de pollos y gallinas estaba en el patio cuando una pelota de fútbol voló sobre la cerca y cayó en el centro. Un gallo observó, balanceándose la estudió y luego dijo “ No me estoy quejando chicas, pero miren el resultado del trabajo de los vecinos”
En casa de los vecinos, grandes cosas suceden: el pasto es más verde, las rosas son más rosadas. Todos parecen tan felices –excepto tú. Siempre comparándote. Y el caso es el mismo con los otros, se están comparando también. Quizás están pensando que el pasto es más verde en tu césped –siempre parece más verde a la distancia-- que tu esposa es más bonita, ... Tú estás cansado, no puedes entender como te permites a ti mismo estar atrapado con esta mujer, no sabes como deshacerte de ella— ¡y el vecino tiene envidia de ti por tener una esposa tan linda! Y tal vez tú estás celoso de él...
Todos sienten envidia de los demás y por eso creamos un infierno y nos convertimos en malas personas

Si en todas partes hay miseria, se siente mejor; si todos están perdiendo, se siente bien. Si todos están felices y exitosos, hay un dejo de amargura.
Pero ¿por qué la idea de los otros entra en tu cabeza, en primer lugar?
Nuevamente déjenme recordarles que es: porque no dejan que sus propios juicios fluyan; no dejan que su propia felicidad crezca, no han permitido a su propio proceder. Por eso se sienten vacíos y miran a todos y cada uno afuera, porque sólo pueden ver lo de afuera
Tú conoces tu interior y así conoces a los demás; exteriormente, eso genera envidia. Ellos te conocen exteriormente y saben cuál es su propio interior— eso genera envidia. Nadie más conoce tu interior. Entonces tú sabes que no eres nada, que no vales nada. Y los otros, afuera, se ven sonrientes. Sus miradas pueden ser falsas, pero, ¿cómo sabes que son falsas? Quizá sus corazones están muy sonrientes. Sabes que tu sonrisa es falsa porque tu corazón no sonríe del todo, talvez está llorando y sollozando.
Tú conoces tu interior y sólo tú lo conoces, nadie más. Y conoces el exterior de todo el mundo y en el exterior la gente lo hace bonito. El exterior son sólo piezas de un espectáculo y es decepcionante.
Hay una antigua historia sufí.
Un hombre estaba muy agobiado con su sufrimiento. El rezaba cada día a Dios “¿Por qué yo? Todos parecen tan felices, por qué soy el único que sufre.” Un día fuera de sí por la desesperación, rezó a Dios, “Puedes darme el sufrimiento de cualquiera y lo aceptaré, pero toma el mío, ya no lo soporto más”
Esa noche tuvo un hermoso sueño --hermoso y muy revelador. Soñó que Dios se le aparecía en el cielo y les dijo a todos: “pongan todos sus sufrimientos dentro del templo” Todos estaban cansados de su sufrimiento. De hecho todos han rezado alguna vez “Puedo aceptar el sufrimiento de cualquier persona, pero llévate el mío; esto es demasiado, es insoportable”.
Así, todos juntaron sus sufrimientos en una bolsa y llegaron al templo, se veían felices; el día había llegado, sus plegarias habían sido escuchadas. Y este hombre también se apresuró al templo.
Y Dios dijo “pongan sus bolsas en las murallas” y eso hicieron y entonces Dios declaró. “Ahora puede cada uno escoger tomar cualquier bolsa”.
Y lo más sorprendente fue esto: que el hombre que había rezando siempre ¡corrió hacia su bolsa para que nadie la tomara! Pero él tuvo una sorpresa porque cada uno tomó su propia bolsa y todos estaban contentos de elegir de nuevo ¿Qué pasó? Por primera vez cada uno vio las miserias ajenas -- ¡sus sufrimientos eran iguales o más grandes!
OSHO.